Estas obras, son producto de sentimientos que me motivaron a componer la imagen con equilibrio. Simples acciones que logré perpetuar en la memoria
a través de un disparo de obturador, y con él, reflejar y mantener siempre presente un conjunto de emociones.
Los equipos fotográficos, forman parte de mi ser. Desde que descubrí la pasión por el arte, aprendí a ver y a conjugar acciones necesarias, en las que
además de estar preparado, hay que disponer de recursos tecnológicos.
De uno, depende tener la capacidad de componer imágenes y combinar parámetros técnicos, saber ver y perpetuar momentos con los recursos disponibles.
Cuerpos y ópticas con variadas distancias focales, sensibilidad ISO, velocidad de obturación, apertura de diafragma y usar distintos tipos de enfoque,
forman parte del juego en el que el manejo de “la luz” existente, pone a prueba capacidades.
La belleza del arte, perfeccionada en el tiempo, nos brinda la posibilidad de disfrutar instantes únicos en los que cada vivencia, resulta importante. Sea
cual sea el motivo del disparo para obtener la foto, la verdadera importancia, radica en mantener siempre viva su estrecha relación con la comunicación.
A poco más de 25 años de mi comienzo, tengo el enorme agrado de presentar este libro con dedicación, dejando expuestos acontecimientos únicos,
vivencias y recuerdos.
Confío en que esta obra, que pueden disfrutar grandes y chicos, contribuirá a reforzar y generar nuevos vínculos.